viernes, 5 de abril de 2019

Jodido y complejo


Estoy corriendo por laberintos de paredes tatuadas,
con la voz crucificada y temor a ser visto.
Historias repetidas, insípidas.
El dónde y el por qué es irrelevante, mis cinco sentidos están prácticamente adormecidos.
Es una especie de naturaleza feroz que me protege de mi propia sombra.
¿Y qué soy si no un espejismo del 'yo' creado? Ego.
No sé hacia dónde dirigirme, todo me resulta tan sobrio, visceral.
Sin rostro y sin nombre, ante una multitud farisaica.
Suciedad y muchedumbre, valores disfrazados de intereses,
disconformidad, hambre, lujuria y vicios.
Todo un banquete ofrecido bajo la etiqueta 'público', la cual cuesta, de vez en cuando, el sudor de más de una vida. Y se hereda, transforma y vende.
Y quien en el laberinto pereció, ni rastro queda más que el eco de lo que nunca logró.
Fueron números mezclados con ratas de laboratorio,
lágrimas tintadas de sangre y desperdicios. 
Y la historia se perpetua, a esos números se les metieron las ratas en la cabeza, ahora son ellos quienes producen la cadena, y se atan, desnaturalizan.
Sólo muestran lo que aspiran a ser y maquillan hasta anular lo que son. Pero todos sabemos que de las pesadillas y el remordimiento nadie sale intacto.
Entonces dejo de correr, y espero a que el sol vuelva a salir, pero esta vez con intensidad, hasta que me queme la piel y recuerde que no soy más de lo que soy.
Jodido y complejo.

miércoles, 17 de enero de 2018

Hombres de viento

Te escucho, te leo y te sueño. Como viento, lírica y delirio.
A veces te pienso intensamente, pero entonces una nube de conciencia helada cae sobre mi cabeza y entumece los pocos sentidos despiertos que en mi quedan.
Te quiero escribir, bailar y mirar, que mis ojos desnuden tus reparos, y tus manos mi piel.
Te entiendo, te siento y entreveo, entre las cortinas de mis pensamientos. Y ahí reposas,  como viento que vaga a su antojo. Te escondes, y huelo tu miedo a ser capturado.
Pero vida, la predisposición es inexorable. Porque cuando me piensas viajas en forma de energía, y yo te respiro.
Pero te hablo y no me ves, te codifico en letra y no me lees, y me desprendo de ilusión.
No me posees, ni me impresionas. Sólo te quedas de pie, mudo de boca.
Y de cierto el calor que tu mente en mi desprende me envuelve en soledad.
Entonces, te dejo de pensar, de desnudar y dedicar, aunque no de sentir.
Porque yo, como semilla de tiempo antiguo, necesito de aire para nutrirme de vida.

jueves, 11 de enero de 2018

Mutilación genital femenina

https://www.guiaongs.org/peticion/firma-contra-la-mutilacion-genital-femenina/

https://www.change.org/p/protejamos-a-las-ni%C3%B1as-de-la-mutilaci%C3%B3n-genital-femenina

http://www.who.int/reproductivehealth/topics/fgm/prevalence/es/

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs241/es/

jueves, 4 de enero de 2018

The door

Who knows which is the good one? Crystal hands. Stormy voice.
Empty mind.
The water was clear and we both decided to drink. Despite the poisoned and unidentified drops.
How to know the real path? Purple pills, higher vibration.
Disatisfaction.
The fire showed us the throes of the original pueblo, and we hear the wind crying at at midnight.
Where can we find them? Lights gone. Days end.
And the Lizard comes.
The air kissed our skin as if we were leaves.
Nonconformity.
Mirrors, shadows. The echo of the Shaman resonates and swims in the lagoon of thoughts. The dream still germinating, but, you know my friend, we both know.
The door chose us.
Time is sand slipping through our fingers. And we are just mirrages of nowhere.
Oh please, we'd better light a cigarret and enjoy the silence of our bodies. They won't ever hear our blind souls wandering.
 J.M

lunes, 25 de diciembre de 2017

Alone and blue

Estaba nadando en una laguna de pensamientos de segunda mano, algunos los recuerdo vivamente bajo mi piel circular con mi sangre. Y me duele no soñar, lo siento en los huesos. Es como si la humedad me aferrara en las paredes percudidas de una casa ajena. Y cuando más descosido estoy más distante te veo. Pero te sigo escuchando llorar en la oscuridad de la noche. Porque, como la primera vez que te miré, veo borroso tu sentir. Y la verdad que el desprecio planta desconcierto y no florece, muere en uno. Y el cúmulo de años hace un nido de polillas, que te cuentan cuentos grises de buena noche. Y el volar de delirio no es cura más que parche. Las luces siguen apagadas, y el arte de pasar desapercibido es sólo nuestro. Y si te llegasen a mirar, acabarían girando el rostro ante la ignorancia de la profundidad de nuestros ojos. 
Pero el recuerdo de lo que no pasó y la desesperanza te siguen haciendo apoyar la cabeza en el cristal del tren, y mientras observas la ciudad repleta de caras sin rostro, te das cuenta de lo solo y azul que te sientes. Intoxicación masificada.  E intentamos dormir, pero el pensamiento atormenta y la pesadez del día se repite y encapsula en monotonía. 
Finalmente te envuelves en tus propios pétalos, nos gusta el frío, pero la piel sigue sintiendo. Mejor encendamos un cigarrillo y mirémonos en silencio, quizá podamos parar el tiempo.

lunes, 11 de diciembre de 2017

sediento esta noche

Zack está sediento esta noche. Se pide un vaso de leche y besa un par de cuerpos sin rostro, sin perder costumbre. Pero la jaqueca le exige adrenalina, un chute por tubo, sólo un poco.
Nunca hay testigo, la noche es muda y espectadora es la luna de los ríos de sangre. Huesos rotos y pieza en mano.
Sus ojos se ensanchan como platos y sus dientes se afilan. El placer se acopla en cada gota de sudor que por su frente corre. Y Zack se endurece, las manos se relajan mientras Valentine le canta lírica. Y sigue bebiendo leche, ahora con tres gotas de Wishky escocés.
Sueño encapsulado y sábana sucia. Se levanta tras horas de inmersión y escribe lo que vio durante la oscuridad.
Colecciona páginas percudidas en su taller de locura, junto periódicos viejos y artículos de experimento. Talla hueso tras hueso con suma dedicación, Zack es un perfeccionista del arte insaciable. Mientras el pitillo se consume y deja restos en su barba de tres días. Y Valentine, con los brazos moreteados, no rompe rutina en cantarle con la boca bien cerca del oído.
Y  él sigue dando sorbos de leche cada veinte minutos, soñando por callejones manchados de orina. Huesos de nidos ajenos y hojas de calendario enterradas.
Zack es un insaciable sediento.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Caras desconocidas

Tengo carmín por el cuello, las medias de encaje haciendo carrera para entrar en calor. Hay un tigre en medio de la habitación tomándose una botella de Ballantines, y pasa a su lado la mariposa con su bandeja repleta de tentaciones, es hora de tomar mi medicina.
Valerie se enrolla ansiosa entre tus piernas, cual serpiente de Diciembre.
Voces ríen y el bajo que tocas vibra en mi piel, los mordiscos empiezan a sangrar púrpura. Huele a lluvia, pero hay demasiado fuego custodiando la puerta. El pez de ojo escarlata se sube a plataformas para bailar la danza de los espectros,  y los sátiros aplauden saliva, chispas ardientes desprenden las cortinas negras, y los árboles de sabores animan a las sirenas a salir del agua. Tengo las retinas clavadas en mi dirección opuesta. Y tú me observas jugar, sentado en tu butaca de terciopelo árabe.
Delirio encapsulado. Mi piel se torna lila, a juego con tu planeta. Escamas brotan de las paredes, y tu mente clava uñas en mi carne. Arenas movedizas de hechicera loan el desequilibrio. Piedras gimen sus nombres, y los gusanos esmeralda congelan el sonido, al ritmo que el dragón bebe de tu botella. Y las plumas de almohada vuelan en el aire mientras el coro de rizos pelean su fortuna. Los caracoles hacen carrera por el verde, y su rastro resbala la piel de las arañas. Copas azules, espejos y labios morados. Los cuadros tienen ojos y el humo consume tus sentidos, las cadenas dejan de marcar cuellos. Las plantas sacan dedos y las lenguas tinta. Aquí todos se despojan. Nos pintamos libertinos.
Sólo somos caras desconocidas de la locura reinando esta noche muda, con el fuego tatuado en las vértebras y los pies bajo la tierra.